El desastre chino en la versión de tren ‘T’
Por: Daniel Otero
Así como el alfa y el omega, los chinos van hacia arriba en su creciente imperio económico [el alfa].
Ahora, China ya es prácticamente un país en desarrollo. Y es por eso, lo que intenta reflejar al mundo exterior una realidad que permea en un país que es un-tercio subdesarrollado.
Pues, es un país en potencialidad; y a su vez, viven en un constante revolú llamado, confusión-organizada.
Me encuentro en un tren. Este tren de clase-T (omega), es una versión de cuarta clase o casi quinta categoría. Y no es la cuarta clase que usted se imagina o como yo me lo imaginaba. Una categoría de asientos en hileras, tres de un lado y dos al otro. Pero, la incompetencia china no es por la falta de tecnología, y es por la falta de aplicación con estos trenes.
En un pasado viaje de Xi’an, Provincia Shaanxi a Nanjing, Provincia Jiangsu nos encontrábamos bajo la excitación de una nueva experiencia. Por el cual, ‘uno planea para lo mejor y espera lo peor’ (General George Patton). En términos occidentales, lo peor es simplista.
Cuando abordamos el tren con promesas de un viaje de 11 horas, abordamos bajo condiciones sub-humanas. ¡El gentío en oleadas uno sobre otros! Personas sentadas en todos los pasillos, impidiendo el acceso hasta para los asientos designados y/o el lavabo. La gente gritaba, y no era el Infierno de Dante. Como gotas, la gente tenían para deslizarse de sus asientos incómodos. Cuando el tren se detenía, se filtraban los olores a excremento y orines humanos.
La desgracia plasmada sobre este tren. Para moverse había qué salir de lado a lado o por encima de los asientos. ¿No se lo puede imaginar todavía? Pues si, la realidad es difícil sin falta de imaginación.
Un accidente y todos sugaremente nos moriríamos quemados, no hay medios de escape. El sistema de trenes ‘T’ en China se llenan a cuatro veces sobre su capacidad. No es tan malo como los trenes indios, y a su vez, se empacaban como contenedores, hasta el tope.
Me recuerdo de la canción, “El Niágara en bicicleta”, por Juan Luis Guerra. Poco tren, a bajo costo para los pobres y/o clase trabajadora del país. Y no hablamos solamente de los pobres y trabajadores. Si no hay disposición de mejores trenes, el viajero está básicamente fastidiado con los sistemas de trenes L o T.
Hablamos también que usualmente las vacaciones en China se disponen durante el mes de febrero, el año nuevo chino o la primera semana de octubre (festividad nacional). Para los trabajadores se les dispensan una semana para visitar a sus familiares.
Ahora, la clase migratoria en china es de una población de 300 millones (en un país de 1,4 billones), la taza poblacional de los EEUU. En otras palabras, 300 millones de trabajadores que se mueven de diestra a siniestra del país. Por tanto, millones se mueven de sus hogares temporeros en el este chino industrializado a un oeste chino del tercer mundo. Hay que admirarlos, porque algo así ocurre un país desarrollado y sería una semana de accidentes, tardanzas y desastres.
Un tercio de esta gran ‘superpotencia’ está subdesarrollado y afectando a la clase pobre y trabajadora. Familias se mueven y separan por décadas buscando esa mejor vida. ¡Y éste es un país que todo se revuelve diariamente por una ‘angustia embotellada’, que cuando explota, cuidado!
Volviendo a los problemas de los sistemas ferroviarios. Típicamente, por cada chino qué viaja, son de 24 a 36 horas para llegar a sus hogares en trenes ‘T’. Luego o con apenas cinco días para descansar, tienen qué regresar a sus trabajos. Es sinceramente un milagro que más personas no sufren de choques emocionales con la cantidad de estrés e infelicidad que permea con estos viajes. Dando al trabajador(a) casi seis días de trabajo y/o un solo día y medio para descansar durante la jornada-anual diaria de 8 a 12 horas.
Para los chinos es una realidad humillante y difícil de cambiar. Ahora, se denotra que el sistema va en dirección a cambios positivos.
El sistema mejora con mejores empleos y calidad de vida. Y a su vez, es en la zona este y centro del país.
Los trenes con mayor rapidez o seguridad son para las clases sociales medias o altas.
Dicen muchos de los viajeros, que el tren T ‘intencionalmente’ se demora de una a tres horas, y es hasta costumbre.
En el caso nuestro, la noche qué abordé el tren, ocurrió lo mismo. Hubo una demora mayor de dos hora, una tardanza que no se sabe cómo explicar. Entre la mugre, los lavabos desbordantes, carruajes llenos hasta el tope de humanidad, contenedores de basura sin recoger, malos olores y el gran cucarachero. No se sabe quién controlaba el lugar, los insectos y/o la humanidad.
Exageración, no puedo exagerar tal aventura que sinceramente me rompía el corazón. Y una imagen siempre se filtra en mi memoria, dos críos durmiendo sobre periódicos bajo los asientos de pasajeros.
Tuve qué esconder la cámara fotográfica en múltiple ocasiones. Las autoridades chinas no le gustan “perder cara” o sentirse humillados. Y a su vez, esto también está cambiando por un sistema con mayor libertades y liberalismos.
Es una cultura sensible a la vergüenza, y tal vez sea la hora donde necesiten aprender a “perder más cara” para corregir sus males.
China, para ser un país desarrollado, necesita ser un país primeramente educado a la realidad de sus entornos.
Sí planea visitar o vivir en China y los medios económicos se lo permiten, los mejores trenes para viajar el país sin tanto contratiempo son: el Maglev, las versiones ‘G’, ‘D’ y ‘Z’. Pero haga sus reservaciones con varias semanas de antelación; si no, se puede llevar un tremendo disgusto al utilizar las versiones de tren clase ‘T’.
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